Aburrirse no es malo. De hecho, no hacer nada suele ser una alternativa muy placentera cuando se lleva un ritmo de vida demasiado trepidante. Sin embargo, no es fácil que los niños entiendan que el aburrimiento no es algo negativo. Para los más pequeños, llenar su tiempo es importante, y si puede ser con alguna actividad divertida mejor. Vamos a ver algunos consejos útiles para abordar mejor sus momentos de aburrimiento.
El aburrimiento no es negativo Disponer de tiempo para dedicarlo a los niños es la ocasión perfecta para crecer, crear y descubrir nuevos aspectos de uno mismo. Por tanto, el aburrimiento debe ser considerado una buena oportunidad, y no una emoción negativa. De hecho, podemos considerarlo como un estado de ánimo positivo, un presagio de nuevas experiencias y de nuevas oportunidad de ser creativos. Así, por ejemplo, el aburrimiento nos puede empujar a inventar nuevos juegos para los niños, a crear nuevas cosas para ocupar el tiempo libre, a mirar hacia adentro y a entender mejor las preferencias y emociones. En resumen, el aburrimiento es un elemento más del proceso de crecimiento saludable de cada niño.
¿Cómo manejarlo? Una vez que hemos encontrado la parte positiva al aburrimiento, vamos a ver algunos consejos que pueden servir de ayudar a mamá y papá para administrar esta oportunidad al máximo.
El primer consejo es no bombardear a los niños con un listado demasiado amplio de actividades para hacer y de iniciativas a las que asistir. Hay que aprender a lidiar con el aburrimiento dejando llevarnos por lo que nos apetece hacer realmente en esos momento. Dejar espacios en blanco en la agenda aviva el deseo de experimentar y crear. Para llevar a cabo, por ejemplo, trabajos de manualidades, tareas de bricolaje, tareas de jardinería…
Entretenerlos, sí, pero sin que apenas tengan tiempo de respirar entre actividades. Las multitareas o actividades pueden derivar en un problema de ansiedad para el niño, cuando el tiempo de ocio debe ser para jugar y divertirse. Incluso les restamos tiempo para aburrirse. El consejo para mamá y papá es que, en vez de tratar de llenar cada pequeño espacio de tiempo libre, para entretener a los niños es conveniente también dejarles espacios propios que puedan ocupar con su fantasía e ingenio. En ocasiones es suficiente con dejarles jugar en su habitación con algunos juguetes o juegos, tales como libros, papel en blanco, lápices y pinturas, y permitirles dar rienda suelta a su capacidad de crear.
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